Entrevista: Judit Giró Benet, ganadora Internacional del concurso The James Dyson Award 2020
Judit Giró Benet, de 24 años, es la brillante mente detrás del proyecto “The Blue Box”- una nueva forma de detectar el cáncer de mama en casa usando sólo una muestra de orina. Después de descubrir que ganó el premio, charlamos con ella para averiguar más sobre el futuro y la inspiración detrás de este invento.
19 de noviembre 2020
Enhorabuena por ganar el premio Internacional del concurso James Dyson Award. ¿Cómo fue el momento en el que lo descubriste?
Bueno, ¡Fue un momento de muchísima información que asimilar! Que el propio Sir James Dyson me llamara para contarme la noticia fue definitivamente un punto de inflexión para el proyecto “The Blue Box”. En primer lugar, porque cuando se crea una empresa, se necesita asesoramiento y dinero, y, en segundo lugar, porque realmente admiro todo lo que ha logrado. Empezar con una idea y terminar con una gran empresa es un ejemplo para todos. Así que, el hecho de que me llamara y me dijera que me seleccionaba como la Ganadora Global, sentí que realmente confiaba en este proyecto. ¡Él me inspira y la noticia me dio mucha fuerza!
¿Qué estudiaste y qué has hecho para llegar a este punto?
Estudié Ingeniería Biomédica en la Universidad de Barcelona y ahí fue donde tuve la idea de “The Blue Box”. Tras licenciarme, me fui a la Universidad de California, Irvine, para hacer un Master en Embedded Cyber-Physical Systems. Elegí este Máster por “The Blue Box”. Sentí que tenía la idea y la inspiración, pero me faltaba conocimiento técnico. Así que fui a California para aprender sobre inteligencia artificial y cómo diseñar un hardware que funcione en armonía con el software. Aquí pude producir mi tercer prototipo y conocí a mi socio, Billy.
¿Qué fue lo que te inspiró para ser ingeniera?
Cuando estaba en el colegio, me di cuenta de que me gustaban mucho las matemáticas. Para mí, no era una asignatura, ya que realmente disfrutaba de esta ciencia. Por otro lado, siempre me ha sorprendido el cuerpo humano y cómo es tan perfecto. Tenía curiosidad por saber cómo encajaba todo tan bien. Por un momento pensé que quería estudiar medicina, pero luego, pensé: "De ninguna manera. ¡Voy a echar mucho de menos las matemáticas!"
Un día, cuando tenía 15 años, fui con uno de mis profesores a una exposición sobre los caminos de las futuras carreras y escuché a alguien dar un discurso sobre la ingeniería biomédica. Fue un flechazo con esta carrera, me enamoré completamente y sabía que era lo que quería estudiar.
¿Quiénes son las personas que realmente te han inspirado? ¿Hay algún ingeniero al que admiras o en el que te inspiras?
Mi padre también es ingeniero y eso me ha dado una perspectiva muy diferente. En la ingeniería biomédica, aprendes a hacer cosas muy, muy pequeñas, que, si las haces 1mm demasiado grandes, puedes matar a alguien. Así que tienes que ser muy, muy específico. Pero mi padre es un ingeniero electrónico, y realiza proyectos para cosas enormes, así que su punto de vista sobre la ingeniería es muy diferente del que me enseñaron, pero he aprendido mucho de él.
Hubo un profesor durante mis estudios que nos enseñó a observar la biología y a diseñar modelos a partir de ella. Estaba literalmente traduciendo la biología en números y eso era impresionante porque podía entender todo. Si eres capaz de escribir todo en una ecuación, puedes resolver todos los problemas. Ambos fueron claramente una inspiración para mí.
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¿Cómo descubriste el concurso The James Dyson Award y por qué quisiste participar?
Un amigo me envió el enlace al concurso y empecé a investigar. Me encantó la idea que había detrás del concurso. Creo que el concurso James Dyson es algo que el mundo realmente necesita porque hay muchas grandes ideas que no se convierten en realidad por diversos motivos. Es un premio tan prestigioso que nunca te imaginas cómo será la sensación de ganarlo.
Por supuesto que yo creía en mi proyecto, pero mientras escribía la solicitud, pensaba… ¿Y sí gana…? Pues… ¡Mira! Pero por supuesto, nunca te imaginas ganando algo así.
¿Qué es The Blue Box y cómo funciona?
Bueno, The Blue Box es un dispositivo biomédico que permitirá en un futuro a las mujeres realizarse una prueba de cáncer de mama en casa, sin dolor, sin radiación y de bajo coste.
La razón por la que quise construirla es porque descubrí que hay algunos perros que pueden detectar “enfermedades” en los humanos. Si el perro ladra, saben que el humano tiene cáncer. Y los perros, nunca se equivocan, siempre tienen razón, lo que demuestra como de asombrosa es la naturaleza.
Así que pensé, si el perro es capaz de hacer eso, ¿Por qué mi microprocesador de Arduino no sería capaz de hacerlo? Leí muchos artículos tratando de averiguar cuáles son los compuestos que hacen que los perros ladren. Empecé a recoger un montón de sensores y los puse todos juntos. Entonces, hice una hipótesis sobre qué sensores necesitamos para detectar los compuestos correctos.
Al final, algunos de ellos funcionaban, por lo que esto nos permitió ser capaces de detectar el cáncer de mama. Tuve mucha ayuda de mis profesores, pero al final, hay sensores que detectan ciertos compuestos bioquímicos en la orina y dan la señal. Sin embargo, esta señal es tan débil que los humanos no podrían detectarla, así que por eso incorporamos la inteligencia artificial, para ayudarnos.
¿Qué es lo que te inspiró crear The Bue Box?
Ver a estos perros que son capaces de hacer eso fue una clara inspiración, pero también hice una tesis sobre algo similar de la The Blue Box. Hay otras personas que ya trataron de detectar el cáncer con sensores, así que emulé lo que otras personas describieron. Le pedí a muchos de mis profesores que fueran mis mentores, pero al final, hubo un profesor llamado Antonio Pardo que dijo "¡Sí! ¿Por qué no? ¡Intentémoslo!" Era tan optimista... Una gran parte del proyecto es gracias a él, porque creyó en él desde el principio.
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Ahora que has ganado el premio, ¿Cuáles son los siguientes pasos para ti?
Hay tres cosas: Una es proteger la propiedad intelectual para que podamos asegurar un futuro mercado. Cuando tengamos eso, podremos empezar a conseguir más inversores (no quieren invertir hasta que todo esté patentado, por supuesto). También formaremos la empresa y perfeccionaremos la estructura. A partir de ahí, comenzaremos los ensayos clínicos - tendremos que pasar las aprobaciones de la FDA y la EMA para que podamos ser comercialmente viable.
¿Cómo te va a ayudar el premio del concurso?
Ayudará de dos maneras. Una es que, si dices que has ganado el premio JDA, la gente te escuchará. Porque alguien ya ha confiado en nosotros, así que eso es una gran ayuda. Además, el dinero del premio nos permitirá patentar el producto. Y si estamos patentados, podemos presentarnos a los inversores. Así que, en lugar de tardar dos años, lo haremos en medio año. Es una gran diferencia.
¿Dónde ves The Blue Box dentro de cinco o diez años?
Dentro de cinco años, me gustaría que fuera una empresa consolidada. Pero lo más importante, que The Blue Box no sea perciba como una simple máquina, sino una fuerte comunidad de mujeres dueñas de su salud. Queremos presentar The Blue Box no sólo como un dispositivo biomédico, sino como un cambio en la forma de luchar contra el cáncer de mama. Si eres parte de esta comunidad, queremos que sientas que estás tomando un papel activo en la lucha contra el cáncer de mama, porque te estás auto diagnosticando a ti mismo, pero también estás ayudando a mejorar el algoritmo. Cada vez que te haces la prueba, estás ayudando a las mujeres que vienen después de ti a obtener un diagnóstico aún mejor. Por lo tanto, queremos tener un producto en el mercado, pero también queremos tener una comunidad de mujeres que realmente se preocupen por su salud y que se preocupen por las demás.