Insights | Cuidado del cabello

Iniciar una nueva rutina capilar es como comenzar cualquier hábito nuevo: requiere práctica y tiempo hasta que se sienta como una parte natural de tu vida cotidiana. Determinar los mejores hábitos de cuidado del cabello para ti puede ser desafiante y puede llevar algo de ensayo y error hasta que encuentres una rutina y productos que funcionen.

Los conceptos básicos de una rutina de cuidado del cabello incluyen tres pasos:

1. Lavar
   
2. Secar
   
3. Estilizar
   

Este es un buen punto de partida, pero hay consideraciones adicionales a tener en cuenta para asegurarte de que tu rutina capilar esté personalizada según tus necesidades y sea sostenible a largo plazo.

No solo tus hábitos de cuidado del cabello deben adaptarse a tus necesidades, sino que también deben trabajar para mantener tu cabello saludable y vibrante. Hay cuatro factores a considerar al crear una rutina de cabello saludable.

Para establecer tu rutina capilar, primero determina tu tipo de cabello: fino, delgado o grueso, y su textura, que puede ser:

• Liso
  
• Ondulado
  
• Rizado
  
• Afro
  

Si tiñes o decoloras tu cabello, o lo alisas químicamente, es posible que esté más seco o dañado que el cabello natural y sin tratar. Además, si usas herramientas de calor con regularidad, tu cabello puede tener algo de daño por calor.

Cómo llevas o estilizas tu cabello diariamente también puede determinar la frecuencia con la que completas tu rutina de cuidado del cabello y qué productos usas. Esto puede incluir:

• Dejar tu cabello natural
  
• Secarlo al aire
  
• Secarlo con un secador
  
• Alisarlo o rizarlo
  
• Llevarlo recogido
  
• Llevarlo suelto
  

Decide qué metas o problemas capilares te gustaría abordar. Estos pueden incluir:

• Descamación debido a un cuero cabelludo seco
  
• Un cuero cabelludo graso
  
• Puntas abiertas
  
• Daño por calor
  
• Frizz
  
• Cabellos sueltos
  
• Sequedad
  

Comprender tu tipo de cabello y textura te ayudará a elegir qué productos usar y con qué frecuencia completar tu rutina de cuidado del cabello. También es importante tener en cuenta cualquier daño químico o mecánico, así como los estilos y preocupaciones.

La frecuencia con la que completas tu rutina de cuidado del cabello depende de la textura y el tipo de cabello que tengas:

• Cabello fino y delgado: Si tu cabello es fino y delgado, puedes lavarlo cada dos días o incluso todos los días si se vuelve muy grasoso rápidamente.
• Cabello mediano o grueso: Si tienes cabello de tipo medio o más grueso, se recomienda lavarlo cada dos o tres días. Este tipo de cabello no se vuelve tan graso tan rápidamente, por lo que puedes espaciar más los días entre lavados.
• Cabello grueso y rizado: Si tienes cabello grueso o rizado, puedes lavarlo tan poco como una o dos veces por semana. Este tipo de cabello tiende a ser más seco y no se vuelve tan grasoso, lo que significa que puedes pasar más tiempo entre lavados. 

Si haces ejercicio regularmente y sudas con frecuencia, es posible que necesites lavar tu cabello con más frecuencia. También puede ser necesario lavar tu cabello más a menudo si tu cuero cabelludo está visiblemente grasoso, con escamas o te pica.

Observa tu horario semanal para determinar cuáles son los mejores días y horas para completar tu rutina de cuidado del cabello. También decide si realizarás tu régimen por la mañana o por la noche. Prueba diferentes días y horarios para encontrar la mejor combinación para tus necesidades y tu agenda.

Estos son los cinco pasos principales para seguir:

El primer paso en tu rutina de cuidado del cabello es limpiarlo. Elige un champú diseñado para tu tipo de cabello y textura, para ayudarte a alcanzar objetivos capilares como hidratación o agregar cuerpo y volumen.

El agua caliente puede resecar tu cabello y hacer que el color se desvanezca, así que es mejor lavar y acondicionar con agua tibia. El champú se debe aplicar en el cuero cabelludo y las partes superiores del cabello para eliminar el exceso de grasa y acumulación de productos.

Al igual que con los champús, elige un acondicionador que sea adecuado para tu tipo de cabello y que aborde tus preocupaciones capilares específicas.

Quienes tienen cabello fino o delgado deben considerar un acondicionador más ligero que no pese el cabello, mientras que aquellos con cabello más grueso pueden optar por algo más pesado y nutritivo. Concéntrate en aplicar el acondicionador de la mitad hacia abajo, donde el cabello está más seco y necesita más humedad. Después de aplicar el acondicionador, utiliza un peine de dientes anchos para asegurarte de que esté distribuido uniformemente.

Al salir de la ducha, usa un paño de microfibra para secar suavemente el cabello, ya que es más suave y absorbente que una toalla de felpa. Desenreda con cuidado con un cepillo húmedo y luego aplica productos post-ducha como aceites, acondicionadores sin enjuague o protectores térmicos, según tu tipo de cabello. Asegúrate de seguir las indicaciones de cada producto para obtener los mejores resultados en tu rutina de cuidado capilar.

El siguiente paso en tu cuidado capilar es el secado, y puedes elegir entre dejar que tu cabello se seque al aire o usar calor. Dejarlo secar al aire ocasionalmente ayuda a reducir el riesgo de daño por calor. Si prefieres secar con calor, elige un secador con tecnología de secado rápido y menos calor extremo.

Para cabellos rizados, se recomienda el uso de un difusor, mientras que para cabellos lisos, un cepillo plano para alisar o un cepillo redondo para agregar volumen son opciones. También puedes considerar un estilizador que permita secar y estilizar tu cabello sin usar calor extremo.

El último paso en tu rutina de cuidado del cabello es el estilismo. Si dejaste secar tu cabello al aire, puedes saltarte este paso si estás contento con ese look. Para el trabajo o salidas, es posible que desees alisar o rizar tu cabello. Recuerda usar una configuración de calor más baja para evitar daños al usar herramientas calientes. Puedes completar tu look y manejar cualquier frizz o cabellos sueltos con productos de estilizado.